Comunidad Bahá'í de Valdivia

Principios Bahá’ís: La religión debe ser causa de amor, afecto y unión La religión debería unir a todos los corazones y hacer que las guerras y las disputas se desvanecieran de la faz de la tierra, dando nacimiento a la espiritualidad, confiriendo vida y luz a cada corazón. Si la religión se convierte en causa de aversión, de odio y de división, sería mejor no tener ninguna y apartarse de semejante religión sería un acto verdaderamente religioso.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Progreso y Tradición, artículo en el Diario Austral

PROGRESO Y TRADICIÓN EN POS DE LA UNIDAD
Patricia Riedemann
Como simpatizante de la Fe Bahá’í asisto a los Círculos de Estudio así me interiorizo acerca de sus principios y conozco más de esta nueva Fe. Un día investigando en sus escritos, he encontrado un artículo “Progreso y Tradición en pos de la Unidad” que llamó mi atención y me he tomado la libertad de compartirlo con ustedes.

“Una de las características distintivas de los Escritos de Bahá’u´lláh estriba en el grado de precisión con que éstos describen los temas fundamentales a que se enfrenta hoy día la humanidad.

En Sus obras Bahá’u’lláh abogó por una reestructuración completa del orden social del mundo. Todos los aspectos de la vida debían quedar afectados por tal renovación, desde la moralidad personal, pasando por la economía, al Gobierno; desde el desarrollo de la comunidad a la práctica religiosa.

El tema central presente en los escritos de Bahá'u'lláh se resume así. Hay una sola humanidad, y ha llegado la hora de que se funda en una sola sociedad. Gracias a un proceso histórico irresistible, las barreras tradicionales de raza, clase, credo, fe y nación van a derrumbarse. Las fuerzas que animan tal proceso -afirma Baháu'lláh- alumbrarán una civilización universal. Las crisis que afligen al planeta en la actualidad plantean crudamente la necesidad de que todos sus pueblos acepten que son parte de una misma humanidad y trabajen hacia la consecución de una sociedad global realmente unida.

Bahá’u’lláh describió algunos de los principios rectores sobre los que habrá de asentarse una civilización semejante. Entre ellos figuran: la eliminación de todas las formas de prejuicio; la igualdad completa de los dos géneros; el reconocimiento de la unidad esencial de las grandes religiones; la eliminación de la pobreza y riqueza extremas; la educación universal; la armonía de la ciencia y la religión; el equilibrio sostenible entre naturaleza y tecnología; un elevado sentido de la ética personal; el establecimiento de un sistema federal mundial basado en la seguridad colectiva y la unidad de la humanidad.

Dichos principios, al enlazar entre sí cuestiones referentes al papel de la mujer, las relaciones raciales, la justicia económica, la degradación medioambiental y el orden mundial, vienen a ilustrar las preocupaciones que han animado a uno de los movimientos más dinámicos del siglo. Preocupaciones que luego han ocupado lugares muy destacados en el orden del día de la humanidad.Nunca antes ha habido un vaticinador, futurista o profeta cuya visión haya descrito tan certeramente los rasgos críticos del panorama humano”.

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