Comunidad Bahá'í de Valdivia

Principios Bahá’ís: La religión debe ser causa de amor, afecto y unión La religión debería unir a todos los corazones y hacer que las guerras y las disputas se desvanecieran de la faz de la tierra, dando nacimiento a la espiritualidad, confiriendo vida y luz a cada corazón. Si la religión se convierte en causa de aversión, de odio y de división, sería mejor no tener ninguna y apartarse de semejante religión sería un acto verdaderamente religioso.

jueves, 15 de enero de 2009

Punto de Vista sobre la Vida Eterna, artículo en el Diario Austral

PUNTO DE VISTA SOBRE LA VIDA ETERNA
Consuela Ibarra

Al igual que en las demás religiones, el concepto bahá'í de la vida después de la muerte está firmemente arraigado en las enseñanzas sobre la naturaleza del alma y sobre el objetivo de esta vida terrenal.

La entrada en la otra vida puede traer gran alegría. Bahá’u’llah compara la muerte con el acto de nacer. Y así explica: "El más allá es diferente de este mundo, del mismo modo que este mundo es diferente del que conoce el feto en la matriz de la madre".

Aquellos que han tenido experiencias cercanas a la muerte dicen que viajaron a través de un túnel oscuro, y después llegaron a la luz. El túnel simboliza esta vida, la luz la próxima vida. Para llegar a nuestro destino, debemos atravesar el túnel y completar la jornada, experimentar la enfermedad, el dolor, y la muerte.

Las Escrituras bahá'ís sobre la vida venidera son abundantes. Aquí hay un extracto de las obras de Bahá'u'lláh:

Me has preguntado acerca de la naturaleza del alma. Sabe, en verdad, que el alma es un signo de Dios, una gema celestial cuya realidad los más doctos de los seres humanos no han comprendido, y cuyo misterio ninguna mente, por aguda que sea, podrá jamás desentrañar. Es la primera entre todas las cosas creadas en declarar la excelencia de su Creador, la primera en reconocer Su gloria, en aferrarse a Su Verdad, y arrodillarse en adoración ante Él. Si, por el contrario, no es leal a su Creador, se convertirá en una víctima del yo y de la pasión y, por último, se hundirá en sus profundidades.”

En esta vida terrenal percibimos solamente lo que es visible a nuestros ojos. A veces dudamos de nuestro verdadero propósito en este mundo. Esta vida es para una siembra productiva que saque de nosotros los egos y pasiones y podamos disfrutar de los frutos de nuestra labor.
Entre los atributos más amados y bendecidos ante la vista de Dios es la paciencia. Quienes soporten lo desagradable con resignación recibirán “las más excelentes dádivas:”

Di: Esta vida terrenal llegará a su fin y todos expirarán, volviendo a Mi Señor Dios, Quien recompensará con las más excelentes dádivas las acciones de quienes se esfuercen pacientemente. En verdad, Dios establece la medida de todas las cosas creadas, según Su Voluntad y por virtud de Su deseo; y aquellos que se conformen a la complacencia de Dios se encuentran ciertamente entre los dichosos.” (El Báb)

Este mundo es una escalera, no una mecedora. No fue hecho para descansar, sino para llegar a la perfección espiritual. Este planeta es un lugar de aprendizaje y crecimiento, no de ocio y pereza. Aun si fuéramos dueños de todo el mundo, al final tendríamos que soltarlo. aelvaldivia@bahai.cl

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