Tolerancia, artículo en en Diario Austral

TOLERANCIA
Ana María Martinez

“¿No sabéis porque os hemos creado a todos del mismo polvo?
Para que nadie se exalte a sí mismo por encima de otro. Ponderad en todo momento
en vuestros corazones como fuisteis creados”. Bahá’u’lláh.

Podríamos definir la tolerancia, como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de las personas.

Al hablar de la tolerancia como parte del “respeto a la diversidad”, se trata de una actitud de consideración hacia la diferencia, de una disposición ha admitir en los demás una manera de ser distinta a la propia. No es permitir un mal sino aceptar puntos de vistas diferentes y legítimos, ceder en un conflicto de intereses justos. Y como los conflictos y las violencias son de actualidad diaria, la tolerancia es un valor que es muy necesario y urgentemente hay que promover.

Las religiones divinas deben ser la causa de unión entre los hombres, y el instrumento de amor y unidad, deben promulgar la paz universal, liberar al hombre de todo prejuicio, conferir alegría y felicidad, practicar la bondad hacia todos los hombres, y suprimir toda diferencia y distinción. Tal como dice Bahá’u’lláh dirigiéndose al mundo de la humanidad, “¡Oh pueblos! sois los frutos de un sólo árbol y las hojas de una misma rama”.

La unidad, es el principio central del mensaje Bahá´is sostiene que existe un único Dios, que desde siempre se ha manifestado a los hombres para que puedan conocerle y amarle. Este diálogo ininterrumpido entre Dios y la humanidad se ha producido por mediación de mensajeros o enviados como Krishna, Moisés, Buda, Cristo o Muhammad. Los Bahá´is reconocen en Bahá´u´lláh el nuevo enviado de Dios.

En el plano social, en los escritos Bahá´is se asevera que, “la unificación de la humanidad es el sello distintivo de la etapa a la que ahora se acerca la sociedad”. Ahora bien, los Bahá´is no persiguen la uniformidad, sino “la unidad en la diversidad”. Debemos hacer todo lo posible por sobreponernos a nuestros prejuicios. Los prejuicios de raza, color, nacionalidad, cultura, religión y sexo, son algunos de los grandes obstáculos para la construcción de un mundo mejor.

La meta última de las enseñanzas de Bahá’u’lláh, es crear una sociedad mundial unificada, una civilización global, en la que todos se verán a sí mismos como una celda única en el cuerpo de la humanidad funcionando en perfecta armonía con todos los demás. (aelvaldivia@bahai.cl)