Comunidad Bahá'í de Valdivia

Principios Bahá’ís: La religión debe ser causa de amor, afecto y unión La religión debería unir a todos los corazones y hacer que las guerras y las disputas se desvanecieran de la faz de la tierra, dando nacimiento a la espiritualidad, confiriendo vida y luz a cada corazón. Si la religión se convierte en causa de aversión, de odio y de división, sería mejor no tener ninguna y apartarse de semejante religión sería un acto verdaderamente religioso.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Convención Nacional




La Convención se realizó en el Centro Nur, La Cisterna.







Entre 17 y 19 delegados llegaron para profundizar, consultar y elegir la nueva Asamblea Nacional de Chile.








Las comunidades que organizaron y los jóvenes entregaron un servicio de comida espectacular






Tuvimos la suerte de escuchar una presentación acerca de los avances en el Templo Bahá'í por el architecto Siamak Hariri







Los nueve miembros de la nueva Asamblea Nacional






(haz click en las imágenes para ver una versión más grande)

El Poder de la Educación; artículo en el Diario Austral

El Poder de la Educación y la Educación como Poder

José Purralef

Entendiendo el concepto de poder, desde la perspectiva de investigadores recientes tales como Niklas Luhman o Michel Foucault que nos dice que el mismo es algo abstracto y que se encuentra en cada fibra de la sociedad, entonces el poder es un elemento que se nutre de la educación. Es así como todos tenemos acceso al poder, pero este acceso tendrá mejores vías mediante una mayor adquisición de conocimiento, entendiéndose al conocimiento como educación. En este sentido la adquisición de conocimiento mediante un mayor acceso a la educación nos entrega inmensos poderes lo que significa, en el fondo, acceso más expedito a las fuentes de poder.

A través de la historia personas con mayor educación concentran en ellos muchos poderes, los cuales generalmente están asociados al ámbito político o económico y no al desarrollo de los talentos que posee cada ser humano. En consecuencia la educación como sistema y los educadores en su rol deben en algún momento cambiar sus enfoques. Toda la ciudadanía debe colaborar en esto.

El sistema educativo tiene un inmenso poder. Son pocos los seres humanos que no han pasado por el sistema educativo y esta situación de estos pocos se ve como cifras negativas: es el mundo de los analfabetos; por lo tanto la tendencia es que todos los individuos pasen por el sistema para recibir sus beneficios. No hay otro sistema que sea tan abarcador cualquiera que sea la sociedad: el sistema militar es de unos pocos que tienen vocación, lo mismo ocurre con salud, con los sistemas religiosos y muchos otros. Los individuos desde pequeños son moldeados por el sistema educativo, de allí, entonces se desprende el inmenso poder que tiene este sistema.

Ahora, distinto es como los individuos adquieren poder mediante la educación. En el pasado la educación otorgó poder a toda una clase social: los escribanos. Ellos interpretaban, daban consejos y decidían políticas de los gobernantes. Siempre la preparación, entendiéndose como educación, ha otorgado poder. Hoy, cuando estamos entrando a la sociedad del conocimiento, es este, el conocimiento la principal riqueza y poder. El poder económico ha pasado a segundo plano. El conocimiento adquirido mediante el sistema educativo otorga riqueza material, influencia, poder político, desarrollo de los talentos internos y hace la diferencia. “Puede ser igual aquel que sabe y el que no sabe” decía ‘Abdu’l-Bahá.

viernes, 9 de mayo de 2008

Con Nuestros Propios Ojos, artículo en el Diario Austral

Con Nuestros Propios Ojos

Neysan Sedaghat

El otro día, tuve la bendición de asistir a la misa del fallecimiento del padre de un buen amigo. La iglesia estaba repleta de personas que seguían la misa de memoria. En esa instancia donde se podía palpar la sinceridad de las personas presentes no podía sino preguntarme cómo sería la misma ceremonia en otro lugar del mundo. ¿Qué tan sincera podría ser esta ceremonia si hubiese sido en Arabia Saudita, en un entorno musulmán? ¿O en un entorno hindú? No podía sino preguntarme ¿Por qué creemos lo que creemos?

Por milenios, la mayoría de las experiencias religiosas de las personas han sido pasivas, más que activas. Aun hoy día la vasta mayoría de aquellos que tienen una religión generalmente la aceptan como una tradición de sus antepasados a ser continuada. En nuestra vida cotidiana, para adquirir cosas realizamos un proceso de investigación que llamamos “cotizar”. Sin embargo, para el aspecto más trascendental de nuestra existencia, nuestra vida espiritual, olvidamos investigar y generalmente aceptamos por tradición.

Sin embargo, lo curioso es que las mismas Escrituras de lo que conocemos como tradiciones religiosas nos invitan a investigar por nuestros propios medios. En la Biblia, es el mismo Cristo quien insta a “Escudriñad las Escrituras” (S. Juan 5:39). En el Corán dice “¡Creyentes! Si un malvado os trae una noticia, examinadla bien” (49:6). Entonces la independiente investigación de la verdad no es un acto de rebeldía o falta de fe, sino de obediencia a los mandamientos espirituales que proclaman las religiones.

Dios ha entregado a cada ser humano la capacidad para diferenciar la verdad de la falsedad. Si fallamos en el uso de nuestra capacidad racional y elegimos aceptar ciegamente ciertas opiniones o ideas, por admiración o por miedo de aquellos que las sostienen, entonces estamos siendo negligentes a una de nuestras responsabilidades espirituales más básicas como seres humanos.

Como en todas las grandes religiones, en la Fe Bahá’í, un principio fundamental es que cada individuo debe necesariamente investigar independientemente la verdad religiosa. La relación personal que cada uno tiene con Dios es demasiado personal para que otra persona dicte como debe ser. La responsabilidad de aprender sobre Dios y de servirle no es algo que podemos delegar. Los Escritos Bahá’ís dicen “cada uno debe ver con sus propios ojos, escuchar con sus propios oídos e investigar la verdad por sí mismo para poder sustentarla, en vez de aceptar e imitar ciegamente credos ancestrales” “Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia…con su ayuda verás con tus propios ojos y no con los ojos de otros.” Como Bahá’ís, instamos a todos a ser Libres Investigadores de la Verdad.